Un trillón de trillones
de años antes…
L
salió del grupo para recibir la comunicación privada de M; sabía también que
sería la final.
En la soledad de su locus
leyó sobre un monitor estas últimas palabras:
Te amo
Los
dos puntos más distantes jamás antes comunicados ahora tenían una breve
simultaneidad, que pronto se esfumó, dejándolos separados irremediablemente.
Delante de la androide Nimis, como
si estuviese solo, L se partió al primer contacto con esa separación
definitiva. La humedad nubló sus carcomidos ojos, mientras su cuerpo atravesado
de heridas caía sobre el suelo del locus.
Sus miembros empezaron a tensarse y lastimarse. Era insoportable para L estar
en sí mismo durante esos primeros segundos arrancado de M.
La
androide Nimis lo miró perpleja. Toda
su existencia había observado en los humanos conductas inexplicables como
éstas. Ahora sabía que correspondían a algo que ellos experimentaban, pero que
no podían comunicar. Algo que existía: sensaciones y consciencia.
La androide Nimis era un ser cognitivo, pero carecía
de yo. Pero los dramáticos gestos de L incitaron de nuevo su interés sobre el
tema.
Finalmente, no pudo
reprimirse y habló:
—L, quiero saber qué
ocurre cuando alguien dice “sentir”.
L, atormentado, la miró con asombro. Apretando su
cara con todas sus fuerzas contra el piso, como buscando algo de comprensión en
la fría percepción de la inerte androide, respondió:
—Siento un intolerable
dolor, como si todo el universo fuera dolor, Nimis —dijo L, que olvidaba lo vacía que estaba la inteligente
máquina.
—¿Qué está ocurriendo
cuando dice dolor? —preguntó la
androide—. ¿Qué es eso que llama dolor? Yo, si mi cuerpo se acerca a un
objeto que lo daña, tengo sistemas que me informan que debo cuidarme o
retirarme. ¿Eso es el dolor?
—No, eso no es —respondió
afligido L que era todo él, dolor y consciencia del dolor.
—Pero, ¿qué es? —pensó Nimis mientras aguzaba sus sentidos en
escrutar el dolor de L.
Pero Nimis, mirándolo acuciosamente, no podía de ningún modo ver el
dolor.
Mientras las dos palabras venidas del fondo del cosmos se
apagaban en el monitor:
Te amo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario