Un trillón de trillones de años antes…
La androide Nimis
dijo:
—Hay una comunicación de
un sistema muy lejano; ha tomado varios meses su retransmisión. En unos minutos
se hará pública en la asamblea general de Thaumasios. Se le ordena que vaya. Es
de suma importancia.
L se inquietó y dijo con una voz que era un
murmullo entre los artefactos de mantenimiento:
—Me es imposible llegar. Tendré
problemas para atravesar las puertas de identificación.
—Sí, lo he notado
—contestó Nimis—. Por alguna razón los
controles no lo reconocen como a Ud. Pero se me ha ordenado que lo escolte y
haga pasar.
—Quizás hagan pasar a
otro en mi lugar —contestó L.
—Yo sé quién es Ud. y sé
lo que está haciendo —dijo la androide Nimis,
que ya lo había adivinado.
L empezó el penoso
trabajo de caminar teniendo los sistemas mecánicos sobre él.
Nimis dijo:
—Técnico L, Ud. ha tenido
una nueva idea, ¿no teme que ésta también fracase, como con los androgenotes? Ahora está experimentado
con su información genética…
L calló culpable.
Nimis agregó:
—Hice un escaneo en unas
huellas digitales que dejó en mi mano la última vez y hallé en su cuerpo ADN
extraño. Ud. tiene en su cuerpo células con genes que no tenía antes. ¿Qué está
haciendo exactamente?
L detuvo su camino y miró
a la androide con la seguridad de que no había nadie en ella y le dijo:
—He estado insertando a
mi propio genoma material genético de mi erómenos
muerto.
—Está aplicando las
técnicas de trasplante de genoma en Ud. mismo —dijo Nimis.
—Algo así —contestó L—.
La técnica es tosca y cruel pero efectivamente, en ella algunas sondas
proteicas transportan segmentos del ADN de M que pasaba a incorporase en mí.
Quiero de este modo estar finalmente unido a él. Quiero ser yo y él al mismo
tiempo antes de morir.
—¿Por qué hace eso?
—preguntó Nimis con aséptica
curiosidad.
—Porque cuando M murió,
mi corazón se empezó a matar a sí mismo —contestó L—. Quiero ser uno con él y
vivir así mis últimos días.
—Ese trasplante genético
está destruyendo genes sanos y causando errores —agregó la androide Nimis—. Algunas células se están
volviendo neoplásicas y produciendo reacciones alérgicas complejas. Recuerde
que su cuerpo le pertenece a la meta-corporación y no a Ud. Informaré para que
se le prohíba continuar y se le restituya su integridad genética.
—¿No soy yo mi
información genética? ¿No me pertenezco yo mismo? —dijo irónico L.
—No. Y le sorprendería
saber que alguien más tiene su misma molécula germinal. Alguien que de seguro
le engendró, pero que no es su padre, pues un padre solo es igual a su hijo a
medias. Y este es idéntico genéticamente a Ud. en un 100%. Pero no es su clon.
L escuchó anonadado la revelación
de Nimis.
—¡No sé cómo es posible que se engendre de esa
forma! Lo normal es que un ser tenga dos padres —dijo Nimis.
—Yo sí sé cómo es posible —dijo anhelante de
saber L—, pero nuestros epi-genomas deben ser distintos... ¿Quién me hizo,
acaso usándose a sí mismo como materia prima?
—Hay cosas que yo nunca
sabré y ésta es una cosa que Ud. nunca sabrá —contestó Nimis.
Mientras hablaban llegaron a la sala de reuniones. Los centenares de
técnicos y Thaumasios de la estación
se conglomeraron en el amplio cuerpo de recepción de informaciones remotas. Herakón, entre sus tubos y cables,
estaba entre ellos. Habían llegado imágenes desde una lejana galaxia, una más
allá del alcance visual de los poderosos telescopios de la meta-corporación.
Todos estaban nerviosos.
La
información había sido retransmitida millones de veces, atravesando el universo
desde un punto muy distante al del núcleo de sistemas de la meta-corporación. Algo
venía desde el otro extremo del universo.
Esta
comunicación usaba la tecnología de telégrafo quántico, basada en el principio
de entrelazamiento quántico: una partícula y su partícula pareja están
comunicadas y si cambia el spin de una ellas, el de su pareja también cambia
instantáneamente, sin importar la distancia entre ellas. Así era posible tender
un telégrafo instantáneo entre lugares muy remotos funcionando a velocidades
mayores a la de la luz. En realidad, instantáneamente.
Sin
embargo, la separación de estas parejas de partículas en el tendido del sistema
se había hecho por medios clásicos y a velocidad convencional, inferiores a la
de la luz. Felizmente, la humanidad había tenido trillones de años de evolución
y viajes para tender esas vías de comunicación por todo el universo casi en su
totalidad. Pero esta técnica requería de la retransmisión en los puntos de
empalme. Este empalme ocurría a la velocidad normal de la luz, (tomaba
millonésimas de un segundo) pero eran tantos puntos de empalme, dada la inusual
distancia, que las microscópicas fracciones de tiempo en esas pausas, en
conjunto, sumaron esos meses de demora.
En la sala de
comunicaciones remotas se encendió una amplia pantalla. La transmisión
empezaba.
Todos esperaban ahuecados
de ansiedad.
Tras unos minutos de
nerviosismo helado, empezó la transmisión:
“Técnicos
de la estación de investigaciones en el planeta Amil-Urep, les transmite el
informe el tripulante M. La misión encomendada a nuestro regimiento ha sido un
éxito y hemos logrado volver del viaje fuera del universo.”
Un estallido de euforia
inundó la sala y las miles de salas semejantes que recibían la misma
información en todo el cosmos reaccionaban a gritos en diversos puntos.
“Paso a informar los resultados. Los detalles técnicos ya han sido
enviados a las computadoras principales.
a.-Por medio
de la presente experiencia se comprobó la existencia de otro universo, tal como
se planteaba en las teorías LAE-MVV de meta-filosofía del técnico L.
b.- Se
comprobó la eficacia de la tecnología meta-dimensional de des-colapsamiento de
la función de onda para hacer posible el viaje al otro universo.
c.- Haciendo
algunas correcciones al modelo teórico-técnico usado, se logró el viaje de
vuelta en el mismo tiempo, aunque no en el mismo lugar. Esto parece estar de acuerdo con el antiguo
principio de incertidumbre. Encontramos que sólo es posible elegir técnicamente
entre volver al mismo tiempo o al mismo lugar, pero no a ambos. Elegimos lo primero, como es obvio. Pero
hemos caído en un lugar muy lejano a Amil-Urep y a los sistemas dominados por
la meta-corporación local. Se trata de un lugar al parecer desconocido por
cualquier meta-corporación y completamente despoblado.
d.- El regreso
tomó 0,00003 segundos posteriores a la partida. Sin embargo, dado lo remoto del
lugar de la retransmisión, este comunicado demorará meses en llegar. Estamos
imposibilitados de regresar físicamente a sistemas cercanos a Amil-Urep o a
algún sistema de meta-corporación alguna.
Éste es un
sistema estable de asteroides en un disco de acreción alrededor de un agujero
negro. Estamos muy alejados de cualquier colonia humana y al parecer no hay
ninguna en la necro-galaxia[1]
que nos rodea. Tenemos reservas para tan sólo algunos días más. Aunque no sea
posible nuestra supervivencia ni poder reunirnos de nuevo con la civilización,
nos complace haber podido cumplir nuestra misión y realizar con éxito el
experimento al que dedicamos nuestras vidas. Podemos decir que nuestra misión
ha sido llevada a cabo en su totalidad.
e.- El tiempo
que permanecimos en el otro universo fue largo y pudimos repetir el viaje
algunas veces por diversos cosmos.”
Otra vez el júbilo
estalló en la estación y los técnicos gritaron de emoción.
L sucumbía de esperanza y miedo.
f.-
Lamentablemente no encontramos sistemas cósmicos aptos para la vida humana
—prosiguió M—. Hemos sufrido muchas penurias para sobrevivir en condiciones tan
radicalmente diferentes a las que existen en nuestro universo; seguir
explorando ponía en serio riesgo la supervivencia de nuestra empresa y la
posibilidad de enviarles esta información.
g.-
Consideramos inviable el transporte de la especie humana fuera de este
universo. Repito, las posibilidades de hallar un universo en condiciones aptas
a la vida humana nulas. Sólo una fracción infinitesimal de universos son aptos
a la vida, y, aun así, sólo lo
son por fracciones de tiempo muy cortas de su historia; casi la totalidad de la
duración de un universo está en un estado inapropiado para la existencia.
Podríamos decir que, en sólo unos trillones de años, antes de su límite
entrópico un universo es habitable y una eternidad es inhabitable. Por eso
llegar a un universo cualquiera significa llegar a períodos inhabitables en un
99,999999% de las veces.
h.- Hemos
consumido la mayor parte de la energía de que disponíamos en esta transmisión,
que por ello será única y final. El resto la usaremos en la supervivencia de
nuestra tripulación hasta que se agote del todo. Cuando llegue esta trasmisión
nosotros ya no estaremos en ningún lugar. No nos desalienta esta perspectiva al
haber sido útiles a nuestra civilización. Esperamos haber cumplido nuestro
trabajo con la meta-corporación y nuestro deber con la humanidad. Éste es el
fin de la transmisión.”
La pantalla se apagó y
los numerosos computadores empezaron a recibir y procesar el resto de la
transmisión, la cual era matemática.
La
desazón cundió en la asamblea de técnicos.
—Hemos perdido demasiados
recursos y tiempo en esta empresa, era lógico que fracasara —dijo amargamente Herakón, aunque una negra sonrisa se
encendió en su horrible boca.
L había escuchado las palabras finales de M,
inmóvil y paralizado.
Herakón, se le acercó triunfal, lo miró
con esos artefactos negros que salían de sus cuencas vacías, recordándole con
sorna que él había matado al ser que más amaba, que M era en esos momentos
insensible polvo orgánico, al otro lado del cosmos, que M ahora no existía en
ningún lugar, que solo era una imposible idea abstracta. En la horripilante
expresión del viejo Thaumasios, L vio
por primera vez algo sórdido e intolerable, algo que nunca hubiese pensado ver
jamás: Se vio a sí mismo. Algunos detalles en las partes no artificiales de Herakón se lo hicieron notar. Luego los
cotejó con ciertos retazos casi irreconocibles de recuerdos, de aquel hombre
que una noche mató decenas de niños. Clones y epi-clones de L.
L
quedo paralizado de horror. En lo profundo, dado que los dos tenían la misma
molécula germinal, Herakón y él eran
el mismo hombre.
La androide Nimis se le acercó cauta.
—Entre los informes
técnicos enviados por M hay una comunicación privada para Ud. —dijo Nimis—. Es extraño; sólo consta de dos
palabras.
—Transmítela cuando lleguemos a mi locus —dijo L temblando y mirando atónito y derrotado a Herakón.
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