En otro punto del tiempo…
–Hay dos únicas posibilidades:
1.- Las leyes naturales son infinitas
2.- Las leyes naturales son finitas
1.-Si las leyes naturales son infinitas siempre
habrá un número infinito de fenómenos que no podremos explicar ni comprender.
Invisible L tuvo una intuición de pronto y
agregó:
– El número de niveles de la naturaleza debe ser
finito porque:
No se han observado en la naturaleza infinitos.
Las leyes se reducen a los niveles anteriores, en
una progresión infinita no hay un nivel más bajo. No habría una causa última
para los fenómenos naturales. Y sin causas no hay efectos. O la causa está en
lo insondable.
La complejidad aumenta en la naturaleza mientas
más nos alejamos de las leyes más básicas. Si hubiera una serie infinita
entonces la complejidad de los fenómenos sería infinita. Un fenómeno de
complejidad infinita sería incomprensible por definición. ¿Cómo es posible la
comprensión entonces?, por ello las leyes naturales deben ser finitas.
Así el número de fenómenos inexplicables será cada vez más reducido, hasta que
por fin comprendamos todo.
Herakón intervino para refutarlo:
–Negar el infinito así, es arrojarnos a otro más
ambiguo, el número de estratos que deberemos desenterrar hasta llegar a este
nivel básico puede ser cualquier número, o sea alguno entre 1 e infinito. Un
número al azar entre estos dos extremos es infinito.
Si imaginamos un número enorme (por ejemplo
10000000000000) la probabilidad de que el número de niveles de la naturaleza
sea un número mayor es infinitamente mayor de que sea uno menor. Pues hay más
números mayores a esa cifra que menores. Así que será mayor pues es lo más
probable. Por lo que parece que aun siendo finito este número de niveles,
tiende a infinito.
L se avergonzó de la seguridad con que había
expresado su pueril idea. Algo artificial agregó:
–Podría ser posible que la naturaleza ya sea
impensable en este nivel de profundidad y por ello no avanzamos. Si tiene otro
nivel, pero no podemos atravesarlo.
– ¿Cuántas teorías e hipótesis hay en la base de datos? —preguntaron al unísono
todos.
–Unas 632 teorías, las analizaremos todas.
Empezaron ordenadamente por la primera de ellas:
la teoría de la meta-dimensionalidad del ser, del técnico L, que había logrado
hacer la predicción de la desaparición de los animales meta-dimensionales.
L, anónimo, se alarmó de verse escrutado con
tanta minuciosidad.
Así
prosiguieron a una velocidad vertiginosa y se arrojaron sin titubeos a ese
abismo epistémico lleno de incertidumbre y vacío, cayendo en él. Contaban sólo
con conjeturas y lógica, exploraron valientemente esas regiones sin forma ni
referentes que es lo desconocido, lo quizás imposible de entender. Empeñados en
llegar siquiera algo más lejos y de robar algo de comprensión a la enorme y
ambigua sombra que empieza más allá de lo conocido. Si hubiese sido en términos
humanos esa aventura intelectual habría tomado miles de años.
Pero,
toda la discusión, y no sólo el fragmento aquí registrado, duró aproximadamente
0.7 microsegundos.
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