En
el otro tiempo y en el otro espacio…
La primera cosa que determinó Herakón esos
días de caos, fue realizar el antiguo ritual: la ceremonia gnoseológica. Este
rito se introducía en lo más sagrado de la civilización y lo cambiaba, por ello
era una ceremonia rara, hermética y prohibida. Hace siglos que no se llevaba a
cabo. Pero esta urgencia lo ameritaba, se debía llevar un nivel más lejos la
meta-filosofía[1].
Este era el ritual más sagrado y devoto de las inteligencias de las meta-corporación.
Sus resultados valían como dogmas y lo que en ella pasaba era tabú. Nada
propiamente humano participaba directamente en el rito. Algunos Thaumasios como
Herakón participaban a través de un sistema que sintetizaba y censuraba sus
opiniones. Algunos ciudadanos podían intervenir anónimamente, aunque antes sus
aportes eran tamizados por decenas de niveles de inteligencia artificial.
Los participantes entraban en el corazón más
protegido de la meta-corporación, su meta-filosofía, su conocimiento más íntimo
del ser. Estaba grabado en lenguajes mecánicos, fuera del alcance de la
compresión del hombre común y estaba resumida y conservada en ellos como en un
texto sagrado: la epistemología artificial de la meta-corporación. En este
ritual se reescribirían nuevas hojas en ese libro sobre el todo y acaso se
arrancarían otras. Un error equivalía a una blasfemia.
La pauta de esos textos gnósticos era que un
nivel de la naturaleza se explicaba siempre por un nivel anterior: las
relaciones políticas entre metacorporaciones se explicaban por la socio-cosmología,
la cosmo-sociología se explicaba por la neuro-psicología, la neurobiología por
la biología, esta se explicaba por la química, la química por la física, y ésta
por la ciencia de las partículas elementales y ésta por las trans-físicas
fundamentales y así sucesivamente por varios niveles más. Luego, se empezaba ya
entrar en los terrenos de la ontología científica que estudiaba al mismo ser.
La meta-filosofía era absoluta y sagrada. Pero había sospechas de que no era la
verdad última. Muchos habían muerto por insinuar esa imperfección de la
gnoseología artificial. Ahora tenía que admitirse y auscultar las sagradas
bases de la meta-filosofía, hacer un nuevo progreso para construir una
tecnología nueva y con ella salvar a la humanidad o cuanto menos, la vida. Pero
Herakón confiaba en que no se encontraría.
A continuación, se traslada al lenguaje humano
parte de aquella simposia sagrada.
…El
problema que abordaremos es: ¿Son finitas o infinitas las leyes de la
naturaleza? —dijo a través de unos pulsos de frecuencia muy baja el MG[2].
–Hemos —agregó Herakón— escarbando cientos de
niveles de la naturaleza, desde que se superaron la ciencia y la filosofía
arcaicas en la revolución epistemológica de la meta-filosofía. Pero aún no
hemos llegado al fondo mismo del ser. No sabemos si lo tiene. Una tras otra se
han sucedido las revoluciones gnoseológicas, la ciencia se ha hecho cada vez
más profunda y detallada, sin llegar nunca al final. Ese abismo al que se asoma
la ciencia ¿Tiene un fondo?
–Quizás no existe un fondo, quizás nunca
encontremos algo que no podamos descomponer a su vez en partes más pequeñas —dijo
anónimo L cuya opinión había sobrevivido los miles de filtros de la híper
lógica del sistema central de inteligencia artificial—, quizás no debimos
desmenuzar el ser hasta lo más pequeño, sino mirar lo más grande, el ser sin
partes ni estructura, el todo, del que nos vamos alejando —concluyó.
Sobre
los equipos y conductos se estiraba amorfo y lineal un raro Theknos, esta cosa lineal se movía por
toda la nave a través de fisuras delgadas y era una mezcla de partes de la
mente del Hekantokeinos y aportó su
propio enfoque:
–Si fuesen finito el número de niveles de la
naturaleza ¿Podrá la meta-filosofía describir ese último nivel? ¿O acaso es
imposible pensar en él, por ser él mismo anterior al pensar y fundamento de
este?
Una
estructura lineal que se movía como una masa flotante de filamentos luminosos
intervino:
–En el comienzo del saber todo era caos y nada
era comprensible. Los distintos niveles de la naturaleza no estaban
relacionados entre sí. Después la proto-meta-filosofía[3] empezó a
conectar unos con otros. Esa tarea no ha terminado aún. Pero no importa si
tiene fin o no ese camino, sino saber si podemos llegar a un nivel más de
profundidad en el saber y con ese saber buscar una solución a la muerte del
universo.
–Quizás sí —agregó Herakón— o quizás no.
–Comprensión es compresión —agregó anónimo L por
medio del artilugio lógico— la meta-filosofía necesita buscar leyes más simples
para explicar lo más complejo…
—.
Pero el tamiz de la inteligencia artificial no admitió su opinión.
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