jueves, 5 de abril de 2012

35 VIAJE FUERA DEL UNIVERSO


En otro universo, muy distinto hecho con los mismos átomos…

     M y L estaban en sus interminables obligaciones, acostumbrados ya a sus nuevas labores forzadas en el enjambre múltiple de Plouton y su artificial satélite: el Mekhanes meta-dimensional. Con eficiencia realizaban su labor.
     Plouton flotaba en un punto cualquiera de la oscuridad, era parte de un complejo planetario local. Un invisible sistema planetario que, a semejanza de los demás en el resto del cosmos, carecía de estrella central; su patrón de movimiento era complejo pero regular, describiendo un invisible ballet a oscuras entre las galaxias negras, carcomidas y sin una sola luz natural. Sólo bajo la iluminación artificial —siempre escasa— se movía ese enjambre humano que se agita en él. De las múltiples meta-corporaciones en milenaria guerra, ésta parecía ser la única que experimenta un ensayo de salvación, quizás la única con esperanza. Las enormes instalaciones del experimento abarcaban todo el satélite artificial que flotaba alrededor del planeta. Los preparativos eran numerosos y complejos. El férreo M, junto a Ayazx, Gerontes, Fratedes, Wille, Andros  y el resto a una pequeña tripulación, está a punto de intentar un vuelo del que dependía el futuro de la civilización humana: el viaje fuera del mismo cosmos.
Las instalaciones para este inusual experimento llegaron a ser  tan grandes que incluyeron ciudades que hacían por completo esa luna flotante. Tomó enormes cantidades de energía la construcción de este Mekhanes, y dada la escasez de anti-entropía el canibalismo energético ya era práctica común, así que millones de vidas costó ese artefacto. El tamaño de las instalaciones y del instrumental requerido creció aceleradamente. Finalmente el volumen de esta luna artificial llegó a ser tan masivo, que llegó a comprometer el delicado juego gravitatorio del sistema de planetas naturales; tanto, que los físicos tuvieron que reacomodar artificialmente las órbitas a un nuevo patrón armónico, al crecer el complejo.
     La energía, cada vez más escasa en el universo, fue consumida vorazmente por este proyecto urgente. Hacía unos cientos de años atrás, se había intentado este viaje de ida y vuelta fuera del  cosmos, pero sin las urgencias ni carencias de recursos del presente y también sin ningún éxito. Aún así, todos los recursos no usados en las guerras contra las otras meta-corporaciones eran en su totalidad dados a este último proyecto. Una energía escasísima que provenía de todos los puntos del universo bajo control de la meta-corporación, que había decidido consumirse a sí misma en este único y último objetivo.
–En unos minutos probaremos los sistemas laterales, ya se acerca la fecha de partida, técnico M —dijo la androide Nimis—, siga los protocolos MnK773 en el tablero. 
El desmesurado M la escuchó pero no le respondió.
Fratedes escuchó indignado las inmisericordes órdenes de Nimis.
M sostenía su serenidad con un asombroso esfuerzo, con ella había batallado cientos de veces, pero se iba agrietado su resignación a la muerte; los peligros de esta empresa no probables sino ciertos y una vaga náusea nerviosa se encendió en él, a pesar de la titánica contextura emocional del guerrero. Nada es más fuerte que nada.
–Técnico M —insistió la androide Nimis—, tenemos una ventana de cuatro minutos para llevar adelante los protocolos.
M, inmóvil, la miró y dijo:
–Sé que es inútil que le diga esto, pero siento vértigo; podría estar viajando a mi propia muerte en unos días. Deseo saber si hay algún modo de postergar la partida sin perjudicar el proyecto.
La androide Nimis lo miró estupefacta, no podía comprender el significado de lo dicho. La androide Nimis nunca había sentido temor ni temía a la muerte.
–Usted, como yo, es propiedad de la meta-corporación y no podría ser más útil a su especie sino obedeciendo —dijo la androide.
     Luego callo unos segundos mientras sus sistemas lógicos intentaban comprender las palabras de M, pero términos como: “siento” o “vértigo”, eran incomprensibles a su lógica y es que Nimis nunca había sentido nada y esas palabras vacías de significados para sus sistemas la confundían. Llegó a la conclusión provisional de que los humanos usaban algunas palabras vacías de significado. Aunque esto no fue conclusivo, pues los androides de la meta-corporación eran capaces de auto aprender y de cambiar de opinión.
–Está llegando el técnico L —agregó Nimis—. Parece que ha dejado suspendidas sus tareas asignadas para estas horas —E informó electrónicamente a la administración central estas irregularidades.
Ayazx y Fratedes miraron entrar desde su altura y fortaleza, la figura triste de L, que a diferencia de Nimis, L es perfectamente capaz de entender a su Erómenos.
Los dos enrojecieron. Ninguno podía desobedecer sus órdenes y se obligaban a hacer lo que debían. Tenían solo pocos días más para estar juntos antes del viaje.
–Huir es imposible, sólo nos queda retrasar al máximo la despedida —dice L a su erómenos.
–Debo contarte algo —dijo M a L mirándose las gruesas manos—. No he podido dejar de sentir ansiedad. En especial en las noches me recorre un terrible mareo cuando no hay ningún sonido. Antes no temía morir, pero desde que te conocí temo perder esta vida.
 –Y yo, no quería ser un ser vivo, un organismo, ósea una máquina hecha por la casualidad, destinada a multiplicar lo banal. Pero ahora, por ti, creo que soy más que un ser vivo y por primera vez una persona.
L se acongojó por su erómenos y le pareció demasiado drástico verlo tan  nítidamente y vivo, sabiendo que en unos días no podría verlo. M no sería en ningún lado.
Pero le dijo:
–El temor a la muerte está demasiado encarnado en nuestros mecanismos cerebrales y no tenemos más remedio que sentirlo. Pero te aseguro que volveremos a vernos cuando termine el experimento y regreses. Todos nos salvaremos.
–Nunca nadie ha vuelto de fuera del universo —dijo M a su Erastés—, pero sé que debemos nuestra vida a la meta-corporación y si ella nos la pide debemos dársela.
–Además —dijo L— si nos negamos a dársela, ella la tomará.
Pero si no logras regresar, si el experimento fracasa, es posible que gran parte del equipo se suicide y yo también. No quiero ser nunca más menos de lo que ahora soy. 
Fría y necia como un hielo, el artefacto Nimis los interrumpió  amablemente:
–Es el momento de ingresar los protocolos, técnico M. Ya todo está listo para la prueba.  Sé que dejó algunas tareas pendientes que no era razonable dejar esperar. Técnico L, vienen en unos minutos algunos agentes a conducirlo a su locus de trabajo.
M y L se miraron como para dejar algo de ellos en los ojos del otro.
–Antes de la partida te visitaré y te propondré, aunque esté prohibido —dijo titubeando—. Un modo de  que sobrevivamos y estemos juntos para siempre, incluso a pesar de que fracase el experimento.
     M lo vio irse mirándolo con emoción. La ausencia de L ahora llenaba todo el espacio del locus de experimentación.
La androide condujo a M y lo acomodo al centro de unos dolorosos artefactos, junto a los demás guerreros.

L se alejó por unos recintos llenos de monitores. Ayazx miro la escena y un nudo de desbordada ira se anudo con fuerza en su garganta. 

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