Un trillón de trillones de años antes...
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L trabajaba en el cerebro de Nimis, esta le preguntaba por la
meta-filosofía de la consciencia. Esa ciega inteligencia, ese sistema de
razonamiento sin yo quería entender lo que era el yo y tener uno. —La consciencia humana difiere de la mecánica
—dijo un débil L mientras extraía piezas del encéfalo mecánico de Nimis—. Un sistema de |
video puede gravar,
identificar cuerpos, razonar, decidir cómo actuar, pero no necesita tener un yo,
está hueco. En realidad, no ve nada, el hombre ve a través de él, hay gente que
cree inocentemente que la conciencia es como el software y el cuerpo como el
hardware, pero los procesos lógicos del computador no los siente nadie, el
computador los emite, pero no los vive. La calculadora calcula sin sentir que
lo hace. Aun sin tener un yo, Nimis
pudo entender lo que L dijo.
—¿Por qué sí la mente
humana tiene sensaciones, qualias?
¿Por qué están conscientes los seres humanos? —pregunto Nimis con casi todo su cerebro desmenuzado sobre la mesa de
trabajo—. La consciencia no puede ser materia, una sensación no tiene tamaño ni
ubicación. No tiene forma no ocupa un espacio…
—Las cosas compuestas deben
desmenuzarse en partes no compuestas y después recomponer el todo para
entenderlas —le dijo balbuceante y agotado L con las manos sucias de los líquidos
artificiales que fluían en Nimis.
—Pero, ¿Cuáles son las
partes de la consciencia? Una sensación no parece tener ninguna parte.
—Nimis, cuando un hombre —dijo L casi dormido— siente el salado de
un alimento no siente las moléculas de sal, lo salado es una cosa distinta a la
sal. Las sensaciones no son objetos, al menos no objetos comunes. No confundas
consciencia con qualia (sensación),
las sensaciones aparecen y desaparecen en la consciencia, y la consciencia sigue
siendo la misma.
—La sensación es
misteriosa y la consciencia es aún más rara. No es la suma de sensaciones sino eso
que las siente ¡No hay manera de entenderlo! —dijo Nimis.
—Sí la hay —refuto L
confuso—, si no fuera así, no podríamos hacer androides-qualia.
—Debes construirme una
consciencia, quiero ser un ser humano, es el precio que fijamos. Quiero ser
sujeto y ya no un solo objeto.
—Sí, pero haces un mal
negocio —dijo L afiebrado—. Una vez que modifique tu cerebro este empezará a
evolucionar solo, en unas horas los micro fractales que inserté se acomodaran
unos a otros y del sistema resultante se formara la consciencia. Pero no le
servirá.
—¿Por qué? —pregunto Nimis con un ojo muerto por las
desconexiones en su encéfalo.
—Cuando se forme una
consciencia en sus sistemas, será como si naciera una persona, alguien dentro
suyo, pero no nacerá Ud. pues Ud. no es, ni fue. Esa persona no recordará haber
sido una androide sin yo, pues no se puede recordar no ser. Ni recordará haber
vivido las cosas que Ud. vivió pues Ud. no ha vivido nada. En realidad, ese
deseo de tener un yo no lo tiene nadie. Ud. no existe, solo existen sus
palabras e ideas, anónimas e impersonales. Ud. es como un libro o una grabación
que parecen hablar pero que no experimentan las cosas que dicen. Ud es un libro
sin palabras. Habla, pero no se escucha a sí misma. Es como si le pusiera la cabeza
de un androide-qualia, si hubiera estado viva alguna vez podría rehacer su
consciencia, incluso si hubiese muerto, pero Ud. nunca estuvo en el tiempo
—insistió L. Los sistemas cognitivos sin consciencia de Nimis entendieron, pero no renunció a sus planes de tener alma.
—Eso que dice que no soy
¿Está seguro de Ud. de serlo? —agrego Nimis
desafiante.
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