Un trillón de trillones
de años antes…
L recibió la noticia de la eliminación del
embrión androgenote y la prohibición
de intentar desarrollar otros, pero siguió su trabajo en la plataforma con una
extraña tranquilidad. Su formación como Thaumasios
fue suspendida y se retiraron de su cuerpo algunos artefactos que se habían
incrustado en él, solo quedaron sus soportes atravesando su carne. Habían
pasado meses desde el fracaso del viaje de M y la meta-corporación había
decidido suspender toda actividad. No había ni energía ni ideas para salvarse.
Una humanidad enferma de pavor y de miedo medraba en los últimos días su oscura
vida. L trabajó con el mismo ahínco y tenacidad de siempre en sus ocupaciones,
a pesar de no creer ya nadie en ellas, pero sus colegas y superiores iban
observando día a día algo anómalo en él.
Los
primeros días sólo eran algunas venillas capilares inflamadas en su piel, luego
una infección que lo dejó sin habla. Con el paso del tiempo, el hombre que
salía y entraba de los laboratorios era cada vez más diferente: parecía algo
más alto, pero su cuerpo estaba lleno de bultos y de reparaciones quirúrgicas.
Este proceso siguió por semanas hasta que tuvo que usar un respirador y equipos
médicos de soporte incorporados en su cuerpo; una extraña enfermedad lo
atacaba. Algo entraba en él y crecía. Pronto le fue imposible usar las piernas
y se movilizó sólo mecánicamente.
Otra cosa pasaba: los permisos que tenía
para acceder a zonas restringidas parecían fallar; era difícil su registro en
las máquinas de identificación y esto ocasionó algunos disturbios
administrativos.
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